EL AVE FÉNIX DE BARRIO JARDÍN

Más allá del cierre que tuvo en 2021 en donde no pudo coronar con un título, el año calendario es un motivo de orgullo para Talleres, que pudo posicionarse como un equipo que le peleó de igual a igual a los equipos grandes de Buenos Aires. Un largo proceso en el que pudo reinventarse tras varios años en el ostracismo.

En este 2021, el Club Atlético Talleres de Córdoba sorprendió a propios y extraños peleando de igual a igual en todos los torneos nacionales que disputó y, en cierto punto, la suerte no pareció estar de su lado. Más allá de ello, pudo cerrar el año con un podio en la Liga Profesional, quedando tercero detrás de River y Defensa y Justicia y perdiendo la Final de Copa Argentina ante Boca, que a pesar del mal resultado, pudo entrar a la fase de grupos de Copa Libertadores en este 2022.

Muchos quedamos deslumbrados ante las actuaciones de Guido Herrera, Diego Valoyes, Enzo Díaz, Nahuel Tenaglia, Carlos Auzqui, Michael Santos, entre otros nombres, que se animaron a dar un golpe en la mesa de los grandes y brindarles un llamado de atención desde el centro del país a toda la Argentina. El uruguayo Alexander Medina, en su primera incursión como entrenador aquí, empezaba a ser una de las figuras mas pretendidas de nuestro fútbol para llegar a algún equipo de renombre de Buenos Aires gracias a su enorme labor.

Pero todo esto tiene una génesis, en donde el Matador debió sortear momentos muy complicados y debió arrancar casi desde cero, reinventándose y tratando de volver a los lugares de privilegio.

Desde aquel descenso a la Primera B Nacional en 2004 siendo víctima de este invento argentino llamado Promedios (había quedado en el tercer lugar en el Clausura a cinco puntos del campeón River), el Matador de Barrio Jardín Espinosa se deslizó en un tobogán que no sólo desencadenó en descensos deportivos, sino en quiebras, gerenciamientos y estafas reiteradas.

A finales de ese fatídico año, exactamente un 28 de Diciembre, más de un hincha de la T esperaba que esta noticia fuera una broma del Día de los Inocentes, pero no: el Juez Carlos Tale declaró la bancarrota del Club. Éste solicitó el armado de un órgano fiduciario hasta encontrar alguien que pudiera hacerse cargo de la institución. Mientras tanto, gracias a la ley 22284 de Salvamento Deportivo, el equipo podía seguir participando de las competencias de AFA.

En 2005, un grupo inversor, denominado Ateliers SA, se hizo cargo de la institución. Carlos Granero, un empresario santacruceño, era la cabeza visible de los notables. Ante los flojos resultados (en 2007, Talleres estuvo 19 partidos sin ganar), desmanejos en la venta de jugadores, el descontento de los hinchas ante una cercanía con el ex Presidente Carlos Dossetti (el padre de la quiebra) y la falta de aportes (sólo habían abonado dos cuotas simbólicas de 50000 pesos cada una), Granero puso en venta el 70 por ciento de sus acciones en 2008 y le entregó el mando a otro colega suyo, el mexicano Carlos Ahumada Kurtz.

Ahumada venía de dos pasos en falso, tras manejar de manera paupérrima al Santos Laguna y al León de su país. Además, sus vínculos con el narcotráfico, casos de blanqueo de dinero, supuesto fraude y sobornos a políticos eran parte de su prontuario, además de tener varios pedidos de captura de INTERPOL. Un buen muchacho desembarcó en Barrio Jardín…

En 2009, tras empatar 1-1 con Quilmes en el Sur, Talleres descendía por primera vez en su historia al Federal A (en ese momento llamado Torneo Argentino A), la tercera categoría de los clubes llamados indirectamente afiliados o pertenecientes al Consejo Federal. Un grande del interior del país vivía horas muy críticas y quienes lo manejaban, en vez de arreglar los problemas, los profundizaban cada vez más. 

Tras la histórica relegación, Ahumada, tras un año y siete meses en el cargo, es apartado de su cargo por orden del Juez Tale. Fue acusado de no pagar ninguna cuota de la quiebra y a su vez, las deudas sumaban más intereses. Así fue como llegó primero la Asociación Azul y Blanco, dirigido por el socio Ernesto Salum y después (tras la salida de Tale de la causa y la entrada de Saúl Silvestre) el “Fondo de Inversión Talleres S.A”, el cual presidiría Rodrigo Escribano. 

En tanto, esto se traducía a lo deportivo, ya que fueron cuatro largos años en el que los Matadores penaron tratando de conseguir la tan ansiada vuelta a la B Nacional. En el medio, el 12 de Octubre de 2011, en el día de su cumpleaños 99, los hinchas y socios recibieron una grata noticia: Talleres en dos años volvía a elegir autoridades.

En lo que fue el cierre de la temporada de su centenario, el 6 de mayo de 2013, 60.000 almas coparon el Mario Alberto Kempes ante San Jorge de Tucumán tratando de conseguir el ansiado regreso a la segunda categoría. El tanto de Maximiliano Velasco desató el festejo y un necesario desahogo ante tantos años de sufrimiento. Lamentablemente, apenas 365 días después, la T debía bajar nuevamente de categoría. Y otra vez a empezar de cero…

En 2014, a pesar del mal momento en lo meramente futbolístico (el mencionado descenso y el ascenso perdido ante Gimnasia de Mendoza como local, con incidentes incluídos en la tribuna Willington del Mario Kempes) hubo dos hechos a destacar: el levantamiento de la quiebra y el llamado a elecciones. Talleres volvía a ser de sus socios tras una década y el 16 de noviembre, el empresario Andrés Fassi, presidente del Grupo Pachuca, junto a Rodrigo Escribano, eran elegidos como nuevas autoridades tras sacar el 78% de los votos.

El reto de Fassi y compañía era volver a ubicar a la T en el círculo privilegiado y a finales de ese año, tras la salida de Ángel Guillermo Hoyos, contrató a Frank Darío Kudelka como nuevo DT. El primer paso de la reconstrucción estaba en marcha. El santafesino, con pasado en Unión y Huracán, pidió varios jugadores para reforzar al equipo. Llegaron 15 en total, entre ellos Eial Strahman (goleador del plantel, con 15 tantos), Javier Velázquez, Rodrigo Burgos, Aldo Araujo, Juan Pablo Francia, entre otros. Entre la primera ronda y el dodecagonal, jugó 31 partidos y perdió solo uno. El 27 de Octubre de 2015, tras vencer a Sol de América de Formosa como visitante con gol de Victorio Ramis y ante unos 10000 hinchas que hicieron 1035 kilómetros, Talleres regresaba al segundo escalón de nuestro fútbol.  

El 2016 marcó el regreso del Matador a la Primera B Nacional tras dos años. Pero no quería quedarse con chiquitas y estaba dispuesto no solo a conseguir el primer objetivo que era mantenerse, sino a aspirar algo más. Vale recordar que ese torneo fue de transición y solo un equipo obtenía el ascenso a Primera División. Entre los nombres que llegaron a Barrio Jardín estaban dos muy cercanos al presente como Guido Herrera y Juan Cruz Komar, Pablo Guiñazú (que estaba dispuesto a dar una mano al club que era simpatizante), Hernán Encina, Mauricio Caranta, Gonzalo Klusener, entre otros.  

Fue un torneo ideal, ya que tras ganarlo de manera invicta, consiguieron el tan ansiado regreso a Primera. Con el tanto marcado por el Cholo Guiñazú ante All Boys en Floresta en el minuto 94, La T cerraba 12 años de malaria en el que no estuvo entre los mejores del país,sino que había visto el infierno tan temido en primera persona de jugar en categorías menores. 

Tras el ascenso, Talleres estaba dispuesto a recuperar el tiempo perdido en la División de Honor y no estaba preparado para estar de pasada, sino que aspiraba a por lo menos entrar a alguna copa internacional. El lustro 2016-2021 lo vio en reiteradas ocasiones ingresando a estas citas continentales (dos veces a la Copa Libertadores y una a la Copa Sudamericana) y haciéndose fuerte en reductos que eran muy esquivos. Por nombrar algunos: en 2017, volvió a ganarle a Boca en La Bombonera tras 31 años. En 2018, venció a San Lorenzo a domicilio por primera vez en su historia. En 2019, volvió a ganarle a River en el Monumental tras 29 años, y la lista sigue.

Además, sólo tres técnicos estuvieron en estos cinco años. Al mencionado Kudelka, que llegó en el Federal A en 2014 y se fue en 2018, después llegaron Juan Pablo Vojvoda (entre ese año y mediados de 2019) y el uruguayo Alexander Medina, que se fue a finales de 2021. En lo institucional, La T pudo salir de los malos momentos y hasta pudo reinventarse. Hoy tiene 40000 socios que pagan su cuota al día y cada vez que juega en el Kempes, sus tribunas están repletas. Además, Andrés Fassi pudo inaugurar el Centro de Alto Rendimiento en el Predio Amadeo Nuccetelli, anunciando este como un pilar estratégico para el desarrollo deportivo e institucional. Esto para mencionar algunos logros de esta última etapa.

El 2022 será un año en el que Talleres afrontará la triple competencia y sus hinchas lo saben. El tema ahora es quien comandará al equipo en esta nueva participación en la Libertadores tras la salida del Cacique y quienes continuarán en el club. Pero también era hora de brindarle un reconocimiento a uno de los gigantes del interior del país, que, olvidado un poco por nuestro centralismo porteño que nos hace mirar a nuestro ombligo indefectiblemente, realizó una dignísima labor en 2021.

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