PARMA: UNA DÉCADA EN LA ÓPERA

Los ‘90 en materia futbolística dejó una gran cantidad de recuerdos. Entre ellos, algunos equipos que deslumbraron y tuvieron sus épocas de gloria, y más aún, en la que era denominada la Liga más rica del mundo y en donde todos soñaban con jugar: la Serie A del Calcio Italiano. Cada uno de sus integrantes tenían planteles poderosos y hasta trascendieron fronteras, desde el Milán de Arrigo Sacchi hasta la Juventus de Marcello Lippi, por citar dos ejemplos. Hasta los equipos denominados chicos, como la Fiorentina que tenía a Gabriel Batistuta como su as de espadas se animaban a pelearle el torneo a los más grandes.
Justamente de esto se trata la nota de hoy, de un equipo que vivió su momento de fama en esa década de oro del Fútbol de la península, el Parma.
Esta institución fue fundada en Junio de 1913 en esta ciudad perteneciente a la región de Emilia-Romaña, en el centro del país, bajo el nombre de “Verdi Football Club”, en honor al compositor de Ópera Giuseppe Verdi, nativo de allí y que en ese año se cumplió el centenario de su natalicio. Esa denominación duró hasta el 16 de diciembre, día que tomó una nueva identidad, el Parma Football Club.


Después de jugar unos años de jugar competencia regionales, en 1922 el Presidente Ennio Tardini inicia la construcción de su estadio (el que hoy lleva su nombre) y dos años después, llega a los máximos niveles nacionales, pero duró solo un año. En 1930, el Club adquiere un carácter polideportivo y se rebautiza (otra vez) como “Parma Associazione Sportiva”. Desde acá, comienza su escalada hasta la Serie B. En 1954, gracias a la conducción táctica de Cestmir Vycpalek y a su goleador Julius Korostelev, ambos checoslovacos, obtiene su ascenso a la segunda categoría del fútbol italiano, donde permaneció 11 años. En apenas dos temporadas, pasó de la B a la D nuevamente y debió comenzar casi de cero nuevamente. Esto significó la pérdida de espectadores y de ingresos, llevando a la liquidación de la institución. Un grupo de empresarios de la zona toman las riendas y lo llaman nuevamente “Parma FC”. Tal cambio no tiene el suceso esperado y en el comienzo de la Temporada 1969/70, la dirección renuncia a su matrícula, llegando otro grupo inversor y cambiándole el nombre a “Parma Associazione Calcio”. En casi 60 años, el Club ya habia cambiado su identidad cuatro veces.
La década del ’70 se caracterizó por sus altas y bajas de categoría. Su regreso a la Serie C fue inmediato y llegó dos veces a la B pero no pudo adaptarse rápidamente en ambas. El primer ascenso fue en 1972/73, cuando le ganó la promoción al Udinese 2-0 y la segunda en el 1978/79, ganándole 3-1 a la Triestina con una actuación estelar de Carlo Ancelotti, que a fin de temporada pasó a la Roma. En la década siguiente, ocurren dos ascensos más de la C a la B, en 1983/84 y en 1985/86, esta última bajo el mando de un joven Arrigo Sacchi. El círculo se cerraría en la temporada 1989/90: Gracias a la llegada del presidente Ernesto Coresini y el patrocinio de la empresa láctea de esa ciudad Parmalat (dirigida por Calisto Tanzi), el equipo conducido por Nerio Scala termina en la cuarta colocación en la tabla y asciende por primera vez a la máxima categoría de Italia.
Como antes se mencionó, la multinacional láctea era el principal motor económico de la región y su gran aporte de dinero para la compra de jugadores (por ejemplo, el sueco Thomas Brolin) hizo que realizara un gran papel en su debut, finalizando en el sexto puesto e ingresando a la Copa UEFA. Al año siguiente, finaliza en el séptimo lugar, pero obtiene su primer título en su historia: La Coppa Italia. En la serie final, el Gialloblu (Amarillo y Azul) derrotó a la Juventus de Roberto Baggio 2-1 en el global. Ese año disputó también la Final de la Supercopa italiana, pero cayó ante el Milan de su ex DT Sacchi, que transitaba su momento de gloria en el Rossonero.

Thomas Brolin


Gracias al logro en la Copa, pudo disputar la Recopa de la UEFA en la 1992/93. Su camino no fue tan fácil: en las rondas previas había eliminado al Sparta Praga de República Checa, al Atlético de Madrid de España y al Boavista de Portugal y esto lo llevó a definir el título en Wembley. En la Final, derrotaron al Royal Antwerp de Bélgica 3-1 y así se dieron el gusto grande de festejar en el continente. También se quedaron con la Supercopa de Europa al vencer al Milan en doble partido. En la ida cayeron como locales 1-0 con gol del francés Jean Pierre Papin, pero en la vuelta en el San Siro, el defensor argentino Roberto Sensini y el volante Massimo Crippa en el suplementario le dieron el triunfo y su segundo trofeo continental. En las temporadas siguientes, la chequera seguía siendo la estrella: además del mencionado Sensini habían llegado Dino Baggio, Hristo Stoichkov, Gianfranco Zola, Stefano Fiore, Faustino Asprilla y Fernando Couto, entre otros nombres rutilantes. Mientras tanto, se dieron el gusto de ganar otro trofeo continental, la Copa UEFA de 1994/95, al derrotar a la Juventus. Desde ese logro hasta 1998, sería un protagonista importante en Italia pero no conseguiría ganar campeonatos.
En 1996 vuelve a Parma su hijo pródigo, Carlo Ancelotti, pero esta vez como entrenador. En los dos años que estuvo al mando del equipo parmesano, pudo armar una buena base a futuro. En la 96/97 conseguiría su mejor resultado histórico en la Serie A: subcampeón a dos puntos de la Juventus que había sido Campeón de Europa y del Mundo. A los nombres mencionados anteriormente, se dio el gusto de sumar a otras estrellas de primer nivel como el argentino Hernán Crespo, el francés Liliam Thuram, y el italiano Fabio Cannavaro. También estaba haciendo sus primeras armas un arquero que era producto de su cantera y fue promovido rápidamente al plantel profesional: el gran Gianluigi Buffon. Era un equipo durísimo de bajar y de hacerle frente.

Hernan Crespo


En la temporada 1998/99, se va Ancelotti después de dejarlo en el cuarto lugar del torneo local y clasificado a la Copa UEFA. Llega Alberto Malesani al banco y ese sería el año más fructífero en cuanto a buenos resultados. En ese mercado llegan los argentinos Juan Sebastián Verón y Abel Balbo, mientras que Faustino Asprilla volvió de su paso por el Newcastle inglés. Además del cuarto puesto conseguido en La Liga, se sumarían otros dos logros: una nueva Coppa Italia (la segunda en su historia), ganándole en la serie final a la Florentina de Gabriel Batistuta. Y no solo eso, también se darían el enorme gusto de llevarse por segunda vez la Copa UEFA, al derrotar en la Final disputada en Moscú al Olympique de Marsella de Laurent Blanc y Robert Pires 3-0, con tantos de Hernán Crespo, Paolo Vanoli y Enrico Chiesa. Precisamente no la había tenido tan fácil: debió sortear al Fenerbahce de Turquía, al Wisla Cracovia de Polonia, al Girondins de Burdeos (Francia), al Rangers de Glasgow (Escocia) y al Atlético de Madrid. La formación de esa final: Gianluigi Buffon; Liliam Thuram, Néstor Sensini, Fabio Cannavaro y Paolo Vanoli; Alain Boghossian, Dino Baggio, Diego Fuser, Juan Sebastián Verón y Hernán Crespo como único punta.


Después de esta temporada, no sería lo mismo para los parmesanos. Se empezaban a vislumbrar síntomas de fatiga económica y esto llevó a armar un equipo con un menor presupuesto. Llegaron Hakan Sukur (que sería gran figura del Mundial Corea- Japón con Turquía), el ghanés Stephen Appiah y el japonés Hidetoshi Nakata, entre otros. En el 2001/02, se queda con su tercera Coppa Italia, al derrotar en la final a la Juventus de Buffon y Thuram, que a principios de la temporada se habían marchado a cambio de 54 millones de Euros. Este sería su último triunfo y desde allí, comenzó el declive.
El empresario Calisto Tanzi había sido parte importante de los últimos años del Parma, pero en diciembre de 2003, Parmalat entra en quiebra por una deuda de 15.000 millones de Euros. Además, algunos fondos fueron destinados a paraísos fiscales y para abrir empresas fantasma, entre otros negocios turbios. Esto llevó a que Tanzi sea encarcelado con una pena de 18 años de prisión. El sostén económico de la ciudad y del club cayó abruptamente. Al año siguiente, Parma AC debió cambiar nuevamente su nombre a Parma FC, la empresa láctea tuvo que vender sus acciones y la institución tuvo que ser intervenida.
Enrico Rossi y Tommaso Girardi fueron los encargados de agarrar el timón post-Parmalat, pero no pudieron enderezar los rumbos económicos y deportivos, provocando su descenso en 2008, después de 18 años en la división de honor. A la temporada siguiente regresaron y se mantuvieron un par de años, hasta que en 2013/14 hicieron una gran campaña, terminando en puestos de UEFA Europa League, pero el máximo estatuto del fútbol europeo le negó su ingreso por no presentar sus declaraciones impositivas.


Parma fue vendida por un Euro (si, leyó bien: UN EURO) a un grupo empresario esloveno denominado Mapi Group. Giampero Manenti, su presidente, tampoco pudo solucionar los problemas, ya que los jugadores no cobraron durante meses y hasta se suspendieron partidos en la Serie A por no cubrir gastos. La deuda había aumentado a 200 millones de Euros y, para colmo de males, Manenti y otros directivos terminaron detenidos por lavado de dinero y fraude fiscal en el año 2015. Este antecedente terminó decretando la muerte del Parma FC: el 27 de junio de ese año el club dejaba de existir.
Otra personería jurídica se hizo cargo de la institución, empezando nuevamente de cero, compitiendo desde la Serie D y con otro nombre: “Parma Calcio 1913”, tal como hoy lo conocemos.
El primer encuentro lo disputa el 6 de septiembre de 2015, ante el Unione Arzignano Chiampo de visitante. Fue triunfo 1-0 de los Gialloblu’. El promedio de asistencia al Ennio Tardini para ver al “nuevo” Parma fue en aumento, llegando a los 10.000 espectadores por encuentro, todo un suceso en la división menor. Hasta el año 2018, hilvanó tres ascensos consecutivos, desde la D a la A, siendo algo inédito para el Calcio Italiano por la forma rápida en que fue escalando de divisionales. Uno de sus jugadores, Alessandro Lucarelli, se quedó a pelearla en el club apenas se presentó la quiebra y fue insignia de la gran resurrección parmesana. Pudo marcharse a otros equipos y seguir en la élite, pero desechó las ofertas para seguir en un club en el que tenía el cariño de los aficionados.
Actualmente está en el noveno puesto de la Serie A italiana, hasta que el parate por el Coronavirus obligó a suspender el torneo que manda la Juventus. El Parma está buscando ingresar a una copa internacional y volver a sus tiempos de esplendor que lo hizo deslumbrante en los noventa.
Una historia de un equipo que tuvo sus altas y bajas, sus situaciones muy buenas y otras en el fondo del pozo, con la opulencia y la pobreza como protagonistas. Unos vaivenes dignos de una Ópera, justo en la ciudad del gran Verdi.

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